No sé a quién no le va a gustar un imperio romano del siglo I, pero desde luego que el jamón le gusta a más gente, seguro. Ayudamos a esta franquicia a implantarse y expandirse en nuestra provincia, y esta vez repetimos en el centro comercial primigenio de su capital. Como los clientes salivaban con el olor a jamón, tuvimos que ir rápido con las obras para que pudieran probarlo antes de comerse unos a otros.
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