Esta marca de lencería tan conocida, en el centro comercial más antiguo de Alicante, quería recortar su superficie de ventas. Pero no todo iba a ser tan fácil, claro. Mientras eso sucedía no iba a cerrar la tienda y dejar de vender, no. Y claro, no vas a estar buscando entre sus productos algo con lo que sorprender a tu pareja, si al lado está el ruido infernal de las dichosas obras. ¿Se puede? Eso parece, porque nadie se quejó.
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