Estas casas tipo faeneta tan tradicionales del campo de Elche son maravillosas. Aunque claro, antiguamente no sabían que del suelo subía humedad por las paredes, o quizás les parecía bien poner un zócalo o pintar cada pocos años porque les saltaba la pintura. En esta casa tuvimos que buscar una solución a eso, porque los dueños estaban cansados de ver los zócalos viejos, y todo lo demás. Bueno, pues vamos darle un lavado de cara de los buenos, quitamos lo que hay y levantamos lo nuevo, más resistente, actual y con aislamiento, que no tengan que hincharse a ventiladores en verano. Pero déjame esta puerta de madera que le tengo cariño, eso sí restaurada y sin carcoma, hecho. ¿Y la humedad? No sé, Pepe, pero de momento nadie ha tenido que pintar nada, y aseguramos que en el rodaje final ninguna pared ha sufrido “zocalismo” en su interior.
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